La tecnología en el sector móvil cada vez está más avanzada. Lo que, entre muchas otras cosas, ha permitido la llegada de AirSelfie (el dron para selfies controlado desde el móvil). Este avance aparentemente irrefrenable es el que ha permitido que cada año las compañías lancen un móvil mejor que su antecesor. Ya que, aunque los antecedentes sean muy buenos, siempre se puede mejorar. Y si no, que se lo digan al OnePlus 3T.
El continuo avance ha permitido el abaratamiento del hardware. Lo que se ha traducido en que la gama media porta componentes anteriormente reservados para la gama alta. Sin tener que alcanzar sus elevados precios, claro. Sin embargo, hay un problema que persigue a todos los usuarios de móviles. Y que, aunque los que no cuentan con un gama alta lo sufren más, al final acaba afectando de alguna medida a todos los consumidores.
Lo que al final todos acaban notando es la ralentización del móvil. Es cierto que, sea cual sea la gama, un smartphone recién comprado suele ser más o menos fluido. También es cierto que tras la configuración y la instalación de varias apps, algunos de la gama baja dejan de ir tan finos. Pero este problema no solo afecta a los más baratos. Ya que, si las aplicaciones instaladas dejan casi sin memoria al terminal, la gama media también acaba ralentizándose.
Sin embargo, la solución para evitar este problema no solo pasa por contar con un terminal solvente. Ya que, ha quedado demostrado que la gama alta con el paso del tiempo también lo acaba sufriendo. Y es que, aunque sus completas características permiten evadir el problema, finalmente al paso de los años acaba por llegar. Lo que ha proliferado la sensación de que los fabricantes lo ralentizan en sus últimas actualizaciones para fomentar una nueva venta.
Las actualizaciones “malignas” no existe, son las memorias las que se degradan
Como hemos podido comprobar, los smartphones de gama baja y media son los que sufren este problema de primera mano. Ya que sus menores capacidades de almacenamiento hace que se llene más rápido su memoria. Por lo que el sistema operativo tendrá que dedicar gran parte del uso de la CPU a la gestión de la memoria. Con el objetivo de liberar algo de espacio reorganizándola continuamente. Y es por ello, que los sistemas más limpios en memoria, tienden a fluir mejor.
Sin embargo, en teoría los smartphones de gama alta no tendrían que sufrir este problema. Ya que cuentan con mucho más almacenamiento y memorias mucho más veloces y eficientes. Sin embargo, la práctica es distinta: con el paso del tiempo, aunque levemente, esto acaba ocurriendo. Y, la respuesta no pasa porque los fabricantes intenten conseguir que compremos un nuevo terminal.
Lo que ocurre con nuestras memorias le pasa a todos los componentes electrónicos: con el paso del tiempo se degradan. Lo que, al paso de los años se traduce en memorias algo más lentas e incluso con menos de capacidad. Esto es debido a que, cuanto más vida tiene el terminal, más uso se le ha dado y el uso hace el desgaste. Por lo que no podríamos recuperar su entero rendimiento ni aunque instaláramos la primera versión de software limpia.
Y tú, ¿has sufrido este problema en tu móvil? ¿Crees que las memorias se desgastan a un ritmo adecuado?