Actualmente existen muchas herramientas utilizadas para monitorear el sueño y ayudar a que la persona pueda descansar plácidamente, tales como relojes, correas, dispositivos que pueden ser colocados sobre la mesa de noche, así como aplicaciones con funciones que registran todo lo relacionado al proceso.
Sin embargo, algunos especialistas en la materia consideran que todos estos artificios pueden generar datos imprecisos e incluso alterar el ciclo de sueño de la persona que los usa, ocasionando en ella ansiedad en la búsqueda del sueño perfecto.
De acuerdo a opiniones de la Dra. Kelly Baron, directora del programa de medicina conductual del sueño de la Universidad de Utah, los rastreadores de sueño resultan de mucha utilidad para detectar patrones o anomalías. Pero con el tiempo empezó a notar el surgimiento de una tendencia entre sus pacientes, quienes expresaron su descontento con este tipo de aparatos, los cuales marcaban puntuaciones no verificadas relacionadas con la cantidad de sueño profundo. Esto hizo que los pacientes comenzaran a pensar que no estaban durmiendo lo suficiente o que había un problema con su ciclo de sueño.
Por su parte, la Dra. Seema Khosla, directora del centro médico para el sueño de Dakota del Norte y presidenta del comité de tecnología de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, destacó el esfuerzo llevado a cabo por ella y otros colegas por mantenerse al tanto de cada dispositivo y aplicación diseñada para monitorear el sueño. En este sentido, la Dra. Khosla reconoce la labor puesta tras la creación de estas herramientas, pero considera que sus datos son inexactos. Junto con esto expresó “Queremos asociarnos con nuestros pacientes para mejorar su sueño, lo cual significa que necesitamos entender la tecnología diseñada para ello, incluyendo sus limitaciones, pero sin descartar este recurso potencialmente valioso”.
Por otra parte, un estudio llevado a cabo sobre la ortosomnia (termino empleado para definir la obsesión por encontrar el sueño perfecto) reveló que las personas afectadas por esta conducta, de manera intencional, habían pasado más tiempo en cama para tratar de alcanzar un numero de sueño apropiado, acción que podría haber influido en el deterioro de su ciclo de sueño, según comentan en el New York Times.
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