Mackie nos ofrece un producto novedoso y asequible que promete cumplir con las expectativas que esperamos tratándose de una marca con muy buenos productos en el mercado. Con el Onyx Artist 1.2 ofrece un enfoque directo y asequible en una interfaz de audio enfocada al uso personal en casa, ideal para cantautores que buscan calidad pero no con el elevado precio de los productos profesionales, conectar su guitarra, micrófono y poder editar su música. Ya son otras marcas como por ejemplo Focusrite que han lanzado productos similares, aunque Mackie parece estar encabezando este mercado, un poco escaso en productos que podamos clasificar en esta gama semiprofesional, con su promesa de destacar sobre la competencia.
Exteriormente a primera vista nos llama la atención su carcasa resistente y robusta, metálica de color negro mate, con el logotipo de la marca sellado en brillo en la parte superior, como dicen ellos: Built Like a Tank, construidos como un tanque. en la parte de abajo se encuentran los dos anchos pies de goma a cada lado que soportan la interface y evitan deslizamientos, las gomas nos gustan ya que le confieren mucha estabilidad y mejor sensación de apoyo que los típicos cuatro pies. El peso ronda el medio kg, es pequeño y manejable, aunque ya a primera vista se puede apreciar la calidad de Mackie por el aspecto sólido que tiene. Ha sido construido en China, uno de los aspectos que era necesario sacrificar para conseguir mantener el precio asequible.
En la parte posterior se encuentra ubicado el USB 2.0 para conectarlo al dispositivo Apple o Windows, (se incluye el cable de alimentación), además de las salidas estéreo en tomas de un cuarto de pulgada balanceadas, que también se pueden usar desbalanceadas. Y en la parte frontal es donde tenemos el previo de micrófono: entrada de XLR dedicada, la entrada de audio con nivel de línea sobre jack de 1/4 de pulgada para conectar el instrumento, control de sonido y una salida de auriculares TRS de un con su propio control de nivel; simple pero funcional, pero hay que tener en cuenta que no tenemos entrada MIDI.
También ofrece “Direct Monitor” solamente con pulsar un botón que encontramos en la parte frontal, es decir, puedes escuchar al mismo tiempo exactamente lo que estás grabando. Mackie nos hace un regalo muy a tener en cuenta: una versión completa del secuenciador DAW Tracktion T7 y el paquete de plugins DAW Essentials Collection, una auténtica gozada ya que su precio no es nada económico.
Los comentarios denotados en las conclusiones son hechos en base a las pruebas realizadas así como a las tecnologías que el revisor considera importantes, siendo imparcial y objetivo. En rincón de la tecnología se tiene la filosofía de compartir nuestras experiencias en el modding y hardware, es por ello que las conclusiones y premios otorgados quedan totalmente a cargo del revisor confiando en su experiencia y esperando que ayude a todos aquellos que busquen lo que aquí se expone como un comentario personal.
Sencillo, sin necesidad de muchos cables (con el USB nos sobra), y altamente intuitivo, y porqué no decirlo, bonito. Tenemos que tener en cuenta que se trata de una interfaz básica, bastante básica, pero que para cantautores es más que de sobra. Funciona perfectamente a altas frecuencias, tiene un uso muy sencillo y no se requiere equipamiento adicional, ¿Qué más le podemos pedir?
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Diseño basado en los mezcladores Onyx
Mackie está aprovechando la reputación de sus mezcladores en cuanto al producto, es algo normal y perfectamente aceptable teniendo en cuenta lo bien que funcionan, pero en este caso tenemos que tener en cuenta que estamos rondando precios más asequibles enfocados al público no profesional. La interfaz de audio ha sido creada siguiendo las líneas del diseño de los mezcladores Onyx de Mackie, el circuito del amplificador de micrófono sigue el diseño creado para los mismos.Exteriormente a primera vista nos llama la atención su carcasa resistente y robusta, metálica de color negro mate, con el logotipo de la marca sellado en brillo en la parte superior, como dicen ellos: Built Like a Tank, construidos como un tanque. en la parte de abajo se encuentran los dos anchos pies de goma a cada lado que soportan la interface y evitan deslizamientos, las gomas nos gustan ya que le confieren mucha estabilidad y mejor sensación de apoyo que los típicos cuatro pies. El peso ronda el medio kg, es pequeño y manejable, aunque ya a primera vista se puede apreciar la calidad de Mackie por el aspecto sólido que tiene. Ha sido construido en China, uno de los aspectos que era necesario sacrificar para conseguir mantener el precio asequible.
En la parte posterior se encuentra ubicado el USB 2.0 para conectarlo al dispositivo Apple o Windows, (se incluye el cable de alimentación), además de las salidas estéreo en tomas de un cuarto de pulgada balanceadas, que también se pueden usar desbalanceadas. Y en la parte frontal es donde tenemos el previo de micrófono: entrada de XLR dedicada, la entrada de audio con nivel de línea sobre jack de 1/4 de pulgada para conectar el instrumento, control de sonido y una salida de auriculares TRS de un con su propio control de nivel; simple pero funcional, pero hay que tener en cuenta que no tenemos entrada MIDI.
Características más destacables del Onyx Artist 1.2
Destacamos la monitorización con latencia cero gracias a la rápida conectividad del USB 2.o, que al mismo tiempo es la fuente de alimentación del dispositivo, por lo que no se necesita ninguna fuente de alimentación adicional.También ofrece “Direct Monitor” solamente con pulsar un botón que encontramos en la parte frontal, es decir, puedes escuchar al mismo tiempo exactamente lo que estás grabando. Mackie nos hace un regalo muy a tener en cuenta: una versión completa del secuenciador DAW Tracktion T7 y el paquete de plugins DAW Essentials Collection, una auténtica gozada ya que su precio no es nada económico.
LED intuitivos y funcionales
Un LED verde se ilumina cuando se recibe alimentación a través del USB, es decir, indica cuando le llega corriente. También otros se iluminan en verde cuando la entrada de instrumento cuando están activos. Pero la función que más nos gusta es el LED que indica el control de ganancia de la entrada, iluminado en verde cuando recibe un nivel de señal normal y rojo cuando la ganancia es demasiado alta, nos permite hacer una comprobación inmediata de la señal que está entrando en nuestra interfaz.Usuabilidad y sensicez Plug-and-play
Una vez conectado al ordenador por el USB no requieres de ningún equipo específico más, ya puedes seleccionar en tu DAW la entrada de tu Onyx Artist y empezar a hacer música. En la hoja de especificaciones no se revela cuánta ganancia está disponible, aunque tras probarlo podemos afirmar que hay más que suficiente para cualquier uso normal, te afirmamos que no vas a necesitar aventurarte en los extremos superiores sensibles de la ganancia.Conclusiones y opinión de uso
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