La inteligencia artificial acaba de aprender un truco completamente nuevo, a saber, es capaz de crear caras fotorrealistas a partir de pixelose completo, al tiempo que agrega detalles como pestañas o arrugas que no eran originales.
Curiosamente, el método de operación PULSE es sorprendente, porque funciona como si fuera al revés: el sistema no intenta recrear la cara original a partir de píxeles, agregando más detalles, sino que intenta generar imágenes que se verían como la foto borrosa original después de la pixelación. Gracias a esto, la cuadrícula de 16x16 píxeles se puede cambiar a una imagen de 1024x1024 píxeles en unos segundos, durante los cuales se agregan más de un millón de píxeles. Para este propósito, AI utiliza redes neuronales de tipo GAN, es decir, redes opuestas generativas que anteriormente eran famosas por sus falsificaciones profundas.
En el caso de PULSE, las imágenes se generan al mezclar caras existentes en algo completamente diferente, y lo que es más, el material de origen no está lleno de detalles en alta resolución, sino completamente pixelado. Por lo tanto, pueden surgir muchas caras de un material de origen, y este método también se puede aplicar a todos los demás objetos presentados en materiales de origen: gatos, amaneceres, árboles, globos, etc. Y son estas posibilidades las que hacen que PULSE sea práctico aplicación, incluso en medicina, microscopía, astronomía o imágenes satelitales.